miercuri, 5 decembrie 2007

Amor a primera vista (Wislawa Szymborska)

Ambos están convencidos
de que los ha unido un sentimiento repentino.
Es hermosa esa seguridad,
pero la inseguridad es más hermosa.

Imaginan que como antes no se conocían
no había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos
en los que hace tiempo podrían haberse cruzado?

Me gustaría preguntarles
si no recuerdan
-quizá un encuentro frente a frente
alguna vez en una puerta giratoria,
o algún "lo siento"
o el sonido de "se ha equivocado" en el teléfono-,
pero conozco su respuesta.
No recuerdan.

Se sorprenderían
de saber que ya hace mucho tiempo
que la casualidad juega con ellos,

una casualidad no del todo preparada
para convertirse en su destino,
que los acercaba y alejaba,
que se interponía en su camino
y que conteniendo la risa
se apartaba a un lado.

Hubo signos, señales,
pero qué hacer si no eran comprensibles.
¿No habrá revoloteado
una hoja de un hombro a otro
hace tres años
o incluso el último martes?

Hubo algo perdido y encontrado.
Quién sabe si alguna pelota
en los matorrales de la infancia.

Hubo picaportes y timbres
en los que un tacto
se sobrepuso a otro tacto.
Maletas, una junto a otra, en una consigna.

Quizá una cierta noche el mismo sueño
desaparecido inmediatamente después de despertar.

Todo principio
no es mas que una continuación,
y el libro de los acontecimientos
se encuentra siempre abierto a la mitad.

Traducción de Abel A. Murcia Soriano.

marți, 4 decembrie 2007

La última inocencia (Alejandra Pizarnik)

Partir
en cuerpo y alma
partir.

Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.

He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más fila para morir.

He de partir

Pero arremete ¡viajera!

luni, 3 decembrie 2007

Fulgores (Joan Margarit)

Nadie es la patria.
J. L. Borges


Nada ni nadie es la poesía.
Ni el personaje solo en una roca
que mira los embates
del mar. Ni el mar, lo único
que ha perdurado en la mitología.
Poesía no eres tú. Ni los crepúsculos,
ni el inútil prestigio de la rosa,
ni haber escrito el verso más triste alguna noche.
Nada ni nadie es la poesía.
Ni el ínfimo temblor de las estrellas,
ni mármol y ceniza, reunidos por los clásicos,
ni los muelles al alba, ni las hojas muertas,
ni escuchar la canción Les feuilles mortes.
Nada ni nadie es la poesía.
Ni las cartas de Rilke, ni Venecia,
ni la bala en la sien de Maiacovski,
ni la luz del farol entre la niebla
donde siempre esperará Lili Marlene.
Nada ni nadie es la poesía,
pero ella es quién me salva de este monstruo
que acecha en un lugar dentro de mí,
la bestia que me hace compañía.

duminică, 2 decembrie 2007

Si (Idea Vilariño)

Si te murieras tú
y se murieran ellos
y me muriera yo
y el perro
qué limpieza.

sâmbătă, 1 decembrie 2007

Tristeza verde (Claudia Morassi)

Tengo una tristeza verde
que se me pega en los ojos
y en el alma
Tengo una tristeza blanda
que se esponja entre los dedos
de los pies
y de las manos
Tengo un colchón de tristezas
melancólicas
huérfanas
aburridas
Tengo una tristeza
playa de invierno
árbol caído
sueño caído
domingo tarde
Tengo tristezas verdes
como un libro
juntando polvo en el baúl
como una visita
al hospital
como un cementerio
y tengo también
una tristeza sombra
que me prolonga
por las alcantarillas rotas
y los desagües
como raíces
sin color.